Ed y Dee Lusby se dieron cuenta en los años 80 que hay que reducir el tamaño de la abeja, como era hace 100 años, para conseguir una resistencia a las enfermedades. Primero regresaron sus 1000 colmenas de 5,4 mm (medida de celdilla) a 5,0 mm. Con esta medida ya tenían al acaro de la traquea controlado, porque el orificio de las traqueas de la abeja pequeña es demasiado pequeño para que el acaro pueda entrar. También tenían el problema con la Varroa controlado con esta media, pero las demás enfermedades como la loque, nosema, etc.. se les comían las colmenas. Así que decidieron reducir el tamaño más aún, a 4,9 mm. Hay que imaginarse que esto no es nada fácil, cambiar todos los cuadros de 1000 colmenas, con sus respectivas alzas. Pues bueno, resultado; por solo un decímetro de milímetro menos se acabaron todas las enfermedades. Hasta ahora ellos tienen las 1000 colmenas sanas, sin tratamiento ninguno. En todo el mundo los apicultores, sin darse cuenta, están usando cera estampada que tiene fallos de más que 2 decimos de milímetro.
Se van a enfadar los laboratorios, incluso veterinarios y aún más las empresas de recogida de residuos. Pero ganamos todos en calidad y tranquilidad, positivo o negativo, cada uno que valore. A partir de ahora, compremos láminas de cera estampada con celdillas de 4,9 mm y con un máximo de 10 laminas por kilo.
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